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Macbeth (ídem, 2015) de Justin Kurzel.

“La vida es una sombra tan sólo, que transcurre; un pobre actor que, orgulloso, consume su turno sobre el escenario para jamás volver a ser oído. Es una historia contada por un necio, llena de ruido y furia, que nada significa”.

Siglo XI, Escocia. En medio de una sangrienta guerra civil, Macbeth (Michael Fassbender), un valeroso guerrero de linaje noble, se gana la confianza de su monarca tras defender sus intereses en el campo de batalla. Unas brujas le anuncian que él mismo acabará convirtiéndose en rey, augurio que despierta en su interior una enfermiza ambición.


Probablemente el peor Macbeth cinematográfico. Ni la fuerza expresionista del Macbeth de Orson Welles (1948), ni el poderío visual del Trono de sangre de Akira Kurosawa (1957), ni el crudo realismo del Macbeth de Roman Polanski (1971). Esta nueva e innecesaria adaptación del clásico teatral, dirigida por el videoclipero Justin Kurzel, constituye un mediocre ejercicio de pedantería estilística que fracasa en su afán por “psicologizar” el inmortal texto de Shakespeare. Demasiado ruido y demasiada furia.


La película, filmada en espectaculares localizaciones de Escocia e Inglaterra, donde destacan los alrededores del castillo medieval de Bamburgh, en Northumberland, y el interior de la catedral de Ely, en Cambridgeshire, opta por una estética sombría y sucia (gran fotografía de Adam Arkapaw) muy acorde con los pensamientos y acciones de los dos personajes principales del relato: Macbeth y su esposa, Lady Macbeth (Marion Cotillard). El guión cae en el error de restar peso al personaje de Lady Macbeth, que resultaba clave tanto en la obra original como en el resto de adaptaciones para entender la evolución psicológica de su marido, y que aquí queda reducido a un mero convidado de piedra. Además, la elección de una actriz como Marion Cotillard para interpretar el papel, no parece la más adecuada dado lo dulce de su rostro (recordemos que se trata de la sibilina Lady Macbeth, no de la Virgen María). Más convincente se muestra su compañero de reparto, un Michael Fassbender que, no obstante, sobreactúa en determinadas ocasiones. El director, por su parte, es incapaz de imprimir ritmo a la historia, por lo que su desarrollo, ya conocido por casi todos, termina haciéndose interminable. Para colmo de males, abusa de una serie de recursos técnicos y narrativos que sólo buscan el burdo efectismo visual, tales como el ralentí, el flashforward o abruptos travellings de acercamiento a los personajes.


En conclusión, filme completamente fallido y oportunidad perdida para poner al día una de las más grandes tragedias de la literatura universal.


4 comentarios:

  1. Para mí también ha sido una decepción, si bien he de decir que la he visionado la versión doblada en la pantalla chica de un ipad tras descargármela de internet – en mi ciudad no la han proyectado en cines - y me hubiera gustado verla en versión original y pantalla grande, pues hay que reconocer que la película tiene cierta fuerza visual, tanto en lo que respecta a la fotografía, localización de paisajes y escenografía. Las interpretaciones de Fassbender y Cotillard sin ser excepcionales como algunos críticos han señalado me han parecido correctas, si bien puedes tener razón que la segunda no es la actriz más adecuada para interpretar a lady Macbeth. Donde falla la película es en la ausencia de fuerza narrativa, hasta el punto que me ha parecido una película sin alma e incluso tediosa. Y es una pena, pues de Shakespeare se ha dicho que es el mejor guionista del cine, y la prueba de ello son las grandes versiones cinematográficas que se han hecho de sus obras. De los tres Macbeth que mencionas en tu reseña me quedo con “Trono de Sangre” obra maestra absoluta en todos los sentidos y una de mis películas japonesas favoritas, el “Macbeth” de Orson Welles es una gran obra, pero yo prefiero su Otelo y “Campanadas a medianoche”, y por lo que respecta al “Macbeth” de Polanski la considera una obra menor de su filmografía, pese a lo cual la prefiero a la reseñada. Y junto a las antedichas destaco el “Hamlet” y el “El Rey Lear” del ruso kozintsev cuyo descubrimiento debo a este blog, y todo ello sin olvidar “Ran” de kurosawa y las tres adaptaciones de Laurence Olivier. También cabe aludir las adaptaciones recientes de Kenneth Branagah que sin estar a la altura de las anteriores no son desdeñables. En fin, los textos de Shakespeare son muy atractivos para ser efectuar versiones cinematográficas, pero para lograr una obra que esté a la altura del bardo inglés es preciso un director con gran talento y la vedad no me parece el caso de Justin Kurzel de quien es la primera película que veo. Por cierto, has visto “La novia” de Paula Ortiz, no sé porque me sospecho que está destinada a ser la gran ganadora de los próximos “Goya”, a mí me ha parecido una obra visualmente bella, pero narrativamente fría y sin interpretaciones de altura. Saludos Ignacio.

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    1. Hola Ignacio,
      No he visto ni 'La novia' ni nunguna de las otras películas nominadas a los Goya. El cine español actual cada vez me motiva menos.
      Por cierto, de Branagh reivindico su 'Hamlet', la única adaptación que incluye el texto íntegro de la obra.

      Un saludo.

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  2. Curioso, Ricardo: a mí la peli me gustó pero ahora, leyéndote, he caído en la cuenta de que la había olvidado, lo que quiere decir que no me gustó tanto… Muy bueno lo que dices de la Cotillard, que no es Virgen María, jajaja!!!

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    1. Hola Josep,
      Es que hay planos en los que la Cotillard parece la elegida por Dios, de verdad :)

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