“Para quien tiene
miedo, todo son ruidos”.
(Sófocles)
Amelia
(Essie Davis), mujer que perdió a su marido en un accidente de tráfico, vive junto
con su hijo Samuel (Noah Wiseman), de siete años de edad. Todo transcurre en
sus vidas con aparente normalidad, hasta que el pequeño comienza a obsesionarse
con el monstruoso personaje de un cuento infantil.
The Babadook,
de la debutante Jennifer Kent, asimismo autora del guión, nos enseña que los
monstruos más terroríficos no habitan bajo la cama o en el interior del
armario, como pensábamos cuando éramos niños (como piensa Samuel, el niño
protagonista), sino en lo más profundo de nuestra mente, esperando la menor oportunidad
para asomar al mundo real e impregnarlo de amenazantes sombras. Si lo que se le
pide a un buen filme de terror es que infunda miedo a quien lo ve, entonces The Babadook lo consigue. Y además con
creces. Pero es que no sólo se limita a asustarnos, como podría hacerlo casi cualquier
otra película del género, también nos obliga a mirar hacia nuestros propios temores,
haciéndonos tomar conciencia de que quizá exista un “señor Babadook” en el
interior de todos nosotros, lo que la hace aún más inquietante. Ganadora del
Premio del Jurado y del Premio a la Mejor actriz en el Festival de Sitges de
2014.
La
realizadora australiana utiliza en su trama elementos que remiten a diversos
clásicos del género como Pesadilla en Elm
Street (A Nightmare on Elm Street,
1984), de Wes Craven, El resplandor (The Shining, 1980), de Stanley Kubrick,
o El exorcista (The Exorcist, 1973), de William Friedkin. Necesita poco para crear
una eficaz cinta de terror psicológico: básicamente dos personajes, una vieja
casa y un cuento infantil desplegable con siniestras ilustraciones. La
descripción psicológica de los protagonistas (marcados ambos por la trágica
muerte del cabeza de familia), la atmósfera pesadillesca y la ambigüedad del
discurso hacen el resto. Sin obviar el acierto que ha supuesto el diseño del
monstruo, una mezcla entre King Diamond y el Cesare de El gabinete del Dr. Caligari (Das
Cabinet des Dr. Caligari, 1920) que apunta a icono del género (atentos a
los disfraces del próximo Halloween), y la aterradora interpretación de Essie
Davis. A Kent, eso sí, se le puede reprochar la abrupta evolución psicológica
del personaje de la madre (sólo justificada en caso de posesión) y un exceso de
parafernalia efectista que empaña el tramo final de la película.
Con
todo, The Babadook ofrece una hora y
media de terror puro, intenso y asfixiante, del que hacía mucho tiempo no disfrutábamos en
una sala de cine. Cien por cien recomendable.
Hola, Ricardo:
ResponderEliminarYa que has publicado una reseña dedicada a un filme de terror, quisiera preguntarte si vas a publicar alguna reseña dedicada al II Festival Internacional de cortometrajes de terror y fantástico "La vieja encina", en San Nicolás del Puerto (Sevilla). La he descubierto recientemente y no sé tienes pensado tratar el tema.
Un saludo.
Hola, Lumiére:
EliminarDesconocía por completo la existencia de ese evento. En principio no tengo pensado tratar el tema.
Un saludo.
Da muy mal rollo, lo cual es un mérito en el género de terror. Su atmósfera de pesadilla está muy conseguida. Saludos.
ResponderEliminarHola, ricard:
EliminarA mí, desde luego, me generó ese mal rollo del que hablas. Como dices, la atmósfera de terror está muy bien plasmada.
Un saludo.