Páginas

Noé (Noah, 2014) de Darren Aronofsky.

“Dijo, pues, Dios a Noé: ‘He decidido acabar con todo ser viviente, porque la tierra está llena de violencias por culpa de ellos’”.

(Génesis 6:13)

En un mundo asolado por la maldad humana, Dios ha decidido castigar a los hombres enviándoles un diluvio. Noé (Russell Crowe), descendiente de Set, y su familia, son los únicos elegidos para sobrevivir al apocalipsis e iniciar un nuevo comienzo.


No creo que Darren Aronofsky sea el director más adecuado para realizar una epopeya bíblica de gran presupuesto (Mel Gibson hubiese sido, de largo, la mejor elección), pero tampoco me parece que el resultado final sea tan desdeñable como sus detractores se afanan en afirmar estos días. De hecho, Noé cumple a la perfección con los dos requisitos fundamentales de cualquier adaptación bíblica filmada en Hollywood desde los tiempos de DeMille: entretenimiento y espectáculo. Otra cosa bien diferente, es que viniendo del autor de Réquiem por un sueño, todos esperásemos una visión algo más personal de los acontecimientos expuestos en el Génesis. En ese sentido, Noah no supera la prueba, al tratarse de la obra más comercial/convencional de su talentoso director.


En lugar de optar por una plasmación realista de la conocida historia de Noé y su Arca, que sería lo previsible, Aronofsky prefiere plegarse a los cánones del género fantástico. De otro modo, no se habría entendido la tan criticada presencia en el relato de los Nefilim, una serie de ángeles caídos prisioneros de un gigantesco armazón de piedra que ayudan al protagonista en la construcción del Arca, pese a que en el texto bíblico se haga referencia expresa a ellos. Con diferentes connotaciones, eso sí. Tampoco hubiera tenido cabida el hecho de dotar a Matusalén (Anthony Hopkins) de poderes mágicos. La decisión del realizador de adscribirse a dicho género (que nadie espere un filme histórico), guste o no, debe ser aceptada por el espectador, quien, en consecuencia, difícilmente podrá reprocharle la aparición de elementos más o menos inverosímiles a lo largo de la trama, puesto que sería igual de absurdo que asombrarse por la existencia de orcos, elfos, trolls o dragones en una adaptación de El señor de los Anillos. De lo que sí se puede acusar a Aronofsky y a Ari Handel, autores del libreto, es de haber cometido el tremendo error de incluir en la película a un villano tan prescindible como Tubalcaín (Ray Winstone), símbolo del mal y descendiente de Caín. Esta concesión, muy de Hollywood, sobra por completo; pero claro, había que engordar el guión de alguna forma para que pudiera extenderse durante más de dos horas de metraje.


El mayor interés de Noé, a mi entender, radica en la encrucijada moral en la que se ve envuelto su personaje principal, un estupendo Russell Crowe que debe elegir entre la humanidad y lo que él ha creído interpretar del mensaje de Dios; entre los suyos y el genocidio divino. Resulta curioso verlo deambular, completamente enajenado, por el interior del Arca del mismo modo en que Jack Torrance lo hacía por las estancias del hotel Overlook en El resplandor. Ese oscuro dilema es lo más aronofskyano que encontramos en toda la cinta.


10 comentarios:

  1. Concuerdo totalmente con la crítica que nos presentas. Hace días que fui a ver la cinta de Aronofsky, esperando encontrarme con algo tan mental o similar a lo que sería Black Swan, pero desde la historia de Noé.

    Te puedo decir, que justo al salir del cine, me quede con un sabor de boca extraño. No sabía si me había gustado realmente o era una cinta más, de esas "hollywodenses" a las que nos están acostumbrando más y más.

    Pero con el pasar de los días y la remembranza de la cinta, me fui dando cuenta de detalles que me habían gustado. Como he dicho, tal vez no estemos frente a un filme de su categoría, como lo son para mi Black Swan y The Wrestler, pero, he de decir que Noé, como una aventura fantástica, cumple y mantiene el sello de su autor.

    Punto y aparte de mi comentario, quiero felicitarte por el blog. Gracias a él he conocido muchos filmes que han pasado a formar parte de mis favoritos. Gracias y continua así.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Petembq0212:
      Agradezco tus palabras, amigo. Está claro que "Noah" no está a la altura ni de "Black Swan" ni de "The Wrestler", las dos mejores películas de Aronofsky en mi opinión, pero se trata de un buen filme, de eso no me cabe duda.

      Un saludo.

      Eliminar
  2. Ya que lo has nombrado tangencialmente, he aquí un fan de Mel Gibson. Me parece una artesano de primera que sabe muy bien lo que hace y lo que hace es cine comercial bastante estimulante, siendo además proyectos en los que se deja el alma y filma con pasión. Una pena que ahora sea un apestado en Hollywood, pues yo todavía sigo esperando una buena películas de vikingos (sobre 'Noah' no puedo decir nada porque no la he visto, pero creo que nadie esperaba gran cosa).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Raúl:
      ¿No te gusta "The Vikings", de Richard Fleischer? Pero si es magnífica.
      Por otro lado, siempre he defendido al Gibson director, creo que se trata de un muy buen narrador con un indudable talento visual, aunque en ocasiones le pierde su visceralidad.

      Un saludete.

      Eliminar
    2. Oh, precisamente pienso ver esta semana la de Fleischer jaja Te parece su canto de cisne o prefieres 'El estrangulador de Boston'?

      Eliminar
  3. Una crítica atinada y con la que concuerdo de buena manera. Concuerdo con lo que comenta Petembq0212, al salir del cine también me quedé con esa extraña sensación de no saber si me gustó o no. Por momentos la sentí presuntuosa, y sé que Aronofsky tiende a ser así, pero uno no puede esperar mucho de una fábula religiosa.
    Lo único que me dejó un buen sabor de boca fue la música a cargo de mi ya favorito músico Clint Mansell y sus acompañantes Kronos Quartet, que me hicieron recordar la nostalgia y melancolía que viví en The Fountain (película que considero la mejor de Aronofsky, pero eso es algo personal).
    No se si soy el único, pero la primera parte de la película la sentí tan efímera, fue ya dentro del arca (pasada la lluvia) donde noté por fin el ambiente de desesperación y decadencia que rodean a todas las películas de Aronofsky.

    Gracias por esta crítica tan atinada!! Y gracias de nuevo por tu blog! Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Alexandro:
      Estoy de acuerdo contigo en que la parte más aronofskyana de la película es la que transcurre en el interior del Arca, una vez iniciado el diluvio. Gracias a ti.

      Un saludo.

      Eliminar
  4. Espero poder verla pronto, aunque no me atrae demasiado, dime, ¿has visto "Enter the void" de Gaspar Noé?

    ResponderEliminar
  5. También prefiero la parte que sucede dentro del Arca. Y no deja de ser curioso que en una película no "de" pero "con" catástrofe, ésta suceda a la mitad para luego dejar paso a una historia intimista (mucho más interesante). Saludos.

    ResponderEliminar
  6. Desde "Pi" hasta "Cisne negro" recibimos de Darren Aronofsky películas muy personales y eso es precisamente lo que tanto me gusta. Enfrentarme a una cinta de Aronofsky sabiendo que es de Aronofsky. He demorado el visionado de "Noé" pq. sabía que se trataba de un film comercial (parece ser que coqueteó co "Batman") que no me iba a saciar mi curiosidad como gran aficionado a este director. No es una cinta despreciable pero sí es puro entretenimiento, no va más allá. A mi entender es su peor película.
    Me gusta el guiño que haces a "El Resplandor", bien visto. Saludos.

    ResponderEliminar