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J. Edgar (ídem, 2011) de Clint Eastwood.


Un envejecido John Edgar Hoover (Leonardo DiCaprio), rememora desde su despacho en Washington sus experiencias al frente de la Oficina Federal de Investigación (FBI), de la que lleva siendo director casi medio siglo.


Clint Eastwood, uno de los autores esenciales del cine norteamericano de las últimas décadas, firma con J. Edgar su particular Ciudadano Kane (los paralelismos con la obra maestra de Orson Welles son más que evidentes). Sorprende que un filme tan notable y complejo, fascinante por momentos, como el que ahora nos ocupa, haya sido mal recibido por buena parte de la crítica de su propio país. No obstante, la sensación de sorpresa se minimiza si tenemos en cuenta su carácter incómodo y desmitificador; ya que, aunque sea con elegante sutileza, no deja demasiado bien parados a algunos de los personajes clave de la historia estadounidense del pasado siglo. De todos modos, su envoltura histórico-política no es más que eso, una envoltura, puesto que lo esencial, el verdadero centro gravitatorio de la película, es el drama vital de su protagonista: un hombre poderoso que, como el Charles Foster Kane de la citada obra de Welles, se ve atormentado por una serie de complejos y fantasmas interiores que le impiden alcanzar un estado mínimo de felicidad. En este caso, su “Rosebud” no es un viejo trineo que le retrotrae a una idílica infancia, sino un amor homosexual, emotivo y duradero, que nunca llegará a culminar por miedo a la sociedad y a una madre castrante.


Uno de los elementos más destacados de la película, es la naturalidad y simpleza de sus continuos tránsitos espacio-temporales, que en ningún momento parecen forzados. Esas idas y venidas entre tiempos y lugares, se integran de manera adecuada en la ejemplar, sobria y serena narrativa eastwoodiana. La monocroma fotografía de Tom Stern, cada vez más cercana al blanco y negro, enfatiza el clasicismo de un relato que, al igual que su contradictorio protagonista, se debate entre las luces y las sombras, entre las verdades y las mentiras, entre la realidad y la leyenda. 

Pese a lo horripilante y guiñolesco del maquillaje, más propio de la sección de celebrities de Muchachada Nui que de una producción de esta envergadura, DiCaprio se muestra colosal y portentoso en su encarnación de Hoover, ofreciendo la que probablemente sea la mejor interpretación de toda su carrera.


Es cierto que el guión de Dustin Lance Black (Mi nombre es Harvey Milk) se olvida de varios de los pasajes más sombríos de la vida del controvertido director del FBI (el caso Rosenberg o su supuesta implicación en el asesinato de Luther King), pero es que el autor de Bird no parece demasiado interesado en emitir un juicio moral al respecto, sino que opta por humanizar su figura, compadecerla, independientemente del mayor o menor peso de sus virtudes y defectos, de las cosas buenas o malas que hizo durante su vida. He aquí su gran acierto.

J. Edgar es una excelente película, a pesar de la torpe labor del equipo de maquillaje y de la mierda que se ha vertido sobre ella. No se la pierda.


8 comentarios:

  1. La tengo ganas por todo lo mal que le estan poniendo. Ultimamente con los ultimos trabajos le estan dando por todas partes y para mi injustamente. Como si tuviese que hacer "obras maestras" como chorizos.

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    1. Hola, General Urko:
      Bueno, ya sabes que Hollywood funciona por modas. Hace sólo un lustro, todo lo que hacía Eastwood era tildado de magistral, cuando no siempre era así. Ahora ocurre lo inverso, de modo que parece que únicamente realiza filmes fallidos, cuando tampo es así. "J. Edgar" me parece espléndida, su mejor trabajo desde "Gran Torino".
      Un saludo.

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  2. Camarada a mi también me pasa lo mismo que al general, no veo la hora de ver la nueva peli de tío Clint.
    La elección de Hoover como objeto del biopic no puede ser mejor, lo tiene todo: misterio, drama, megalomanía, morbosidad sexual... Da para mucho.
    Si además, tal y como comentas, existen esas simetrías en el tratamiento del personaje con Kane, el resultado creo que será impecable, ya que Eastwood dota de una humanidad absolutamente creíble y absolutamente cinematográfica (desde el punto de vista clásico) no se si me explico bien. Cuando ves a tipos como Walt Kowalski, Will Munny o a Red Stowall te das cuenta de que son muy creíbles tanto ellos como las situaciones en las que se ven envueltos, pero a pesar de esa veracidad y esa cercanía con el espectador, tío Clint siempre te recuerda con su forma de contarte las cosas que estás en el cine, porque es un clásico, porque narra como Ford.

    Por eso para mi está fuera de toda sospecha, acertará más o menos con el guión o con los intérpretes, pero siempre hace películas estupendas.
    Y a él supongo que también se la trae al fresco, aún recuerdo cuando era denostado como actor (hay que ser garrulo para argumentar que es un actor limitado porque sus registros están filtrados por su sobriedad y/o virilidad), y su falta de reconocimiento como director hasta la llegada de "El jinete pálido" cuando ya había parido joyitas como "Outlaw Jossie Wells" o "El aventurero de la medianoche"... Con la perspectiva histórica y su excelente obra ya ha echado por tierra todas esas chorradas.
    El tiempo pondrá en su sitio a "J. Edgar", "Invictus" o el díptico sobre la 2ª guerra.

    Vaya speech enardecido camarada... es que cuando me enciendo soy más terrible que el hombre sin nombre :)
    Un abrazo.

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    1. Hola, camarada:
      Estoy completamente de acuerdo contigo, en el tío Clint siempre hay que confiar :). Es probable que ya nunca realice obras tan redondas como "Bird", "Sin perdón", "Los puentes de Madison", "Mystic River" o "Million Dollar Baby", pero aún es capaz de "parir" películas muy notables como "Gran Torino", "Cartas desde Iwo Jima", "El intercambio" o la que ahora nos ocupa. Lo siento por sus detractores y por los que lo quieren jubilar. Que sigan expulsando flemas en su contra, que nosotros, los que verdaderamente valoramos y apreciamos el buen cine, seguiremos disfrutando de sus trabajos, muy por encima de las modas y los gustos de un público atolondrado. Espero que la disfrutes.
      Un abrazo.

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  3. Es la primera crítica positiva que leo o escucho de la última película de Clint Eastwood. Tanto en programas de cine de la radio como en artículos escritos se destaca la "cobardía" del director por no tratar algunos temas espinosos de la vida de J. Edgar Hoover. Está claro que la tendré que ver con mis propios ojos. Por lo que comentas, parece un filme brillante, con una soberbia interpretación de Leo Di Caprio, otra más. Saludos

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    1. Hola, pesadillas con cuerpo (hacía mucho que no te veía por aquí):
      Como digo en el comentario, es cierto que se omiten determinados episodios de la vida de Hoover (probablemente los más sombríos), pero es que Eastwood no es Oliver Stone (gracias a Dios). Al autor de "Sin perdón" no le interesa el sensacionalismo barato ni el morbo, sino la humanidad de su personaje. Además, como también apunto, el contexto histórico-político no es lo más importante de la película. En realidad se trata de una gran historia de amor homosexual reprimida. DiCaprio está soberbio, sí, otra vez.
      Un saludo.

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  4. Saludos de nuevo estimado Ricardo. en verdad, por todo lo que he leido sobre Hoover, la eleccion de Di Caprio para encarnarlo no me convence. Su rostro peterpanesco no creo que le imite bien al rostro cara-de-perro que tenía el mitico director del FBI. A pesar de todo el maquillaje, Di Caprio esta bien para papeles de galan o rebelde tipo James DEan. No estoy negando que cada vez sus actuaciones son mejores. En fin, por mi aficion al bueno de Clint, me arriesgaré a verla, pero toca esperar, jeje.

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    1. Hola, José:
      No serás miembro de la Academia de Hollywood, ¿no? Lo digo por tu animadversión hacia el bueno de Leo :). Ahora en serio, creo que aunque a ti todavía no te convenza, DiCaprio ya ha demostrado ser un gran actor en más de una ocasión. A ver si con su interpretación de Hoover (es cierto que no se parecen físicamente) te acaba de conquistar :).
      Un saludo, estimado colega.

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