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El estrangulador de Boston (The Boston Strangler, 1968) de Richard Fleischer.


La ciudad de Boston se está viendo atemorizada por una serie de crímenes de carácter sexual, que se suceden sin que la policía consiga dar con el responsable. John S. Bottomly (Henry Fonda),  reconocido experto en leyes y hombre de aguda perspicacia, es el elegido para coordinar las, hasta ahora, infructuosas investigaciones. 


Brillante y estremecedor thriller policíaco que adapta una obra de Gerold Frank que, a su vez, se inspira en los truculentos hechos reales acometidos por Albert DeSalvo, autor confeso del asesinato de trece mujeres en el área de Boston entre junio de 1962 y enero de 1964. 

Narrada de manera sobria y precisa por el casi siempre eficiente Richard Fleischer, la película, que en determinados momentos roza la crónica documental, es conocida, entre otras cosas, por el magistral uso que hace del formato Polivisión (también denominado Split screen), que consiste en dividir el encuadre en varias pantallas más pequeñas, con el objetivo de ofrecer distintos puntos de vista de una misma escena o plasmar de forma paralela acontecimientos que están teniendo lugar en diferentes espacios.

El filme se estructura en dos partes claramente diferenciadas y de similar duración. En la primera asistimos a algunos de los crímenes del psicópata sin que, en ningún caso, se nos muestre su identidad. De forma paralela, Fleischer nos muestra las pesquisas de un cuerpo de policía que se halla atónito y perdido; impotente ante la ininterrumpida serie de asesinatos. Una vez que el personaje de Fonda se hace cargo del caso, se establece un plan racional de vigilancia y búsqueda, basado en el control de aquellos individuos de los que se tiene constancia de que mantienen una conducta sexual desviada: mirones, acosadores, exhibicionistas, perturbados, homosexuales, sádicos… En realidad, la intención del director no es otra que la de realizar una incómoda radiografía del comportamiento sexual de una parte de la sociedad norteamericana. 



Para sorpresa del espectador, la segunda parte de la cinta se inicia con la presentación del asesino. No es que se nos revele de un modo explícito, al menos no ahora, pero basta con la forma en la que Fleischer filma la escena para reconocerlo: un lento travelling describe un semicírculo en su acercamiento al personaje, que aparece sentado en una estancia sombría. Está viendo en la televisión las noticias que anuncian la muerte del presidente Kennedy tras sufrir un atentado. Su rostro refleja un estado de enajenación total. No hay duda, es él. A los pocos segundos advertimos que no está solo, sino en compañía de su mujer e hijos, lo que hace que la escena resulte aún más escalofriante. La cámara lo sigue cuando se levanta (no ha habido ningún corte desde que se inició el plano) y sale de su apartamento. Le ha dicho a su esposa que tiene que salir para terminar un trabajo. Gracias a la maestría del realizador, todos sabemos ya a qué tipo de trabajo se refiere.

Dentro de esta segunda parte de la película, me gustaría resaltar las secuencias que transcurren en el interior de la sala de interrogaciones, una vez que el sospechoso es detenido casi por casualidad. En ellas, los dos personajes principales se enfrentan cara a cara, y Fleischer las dota de un enorme valor simbólico (el uso del espejo y la sobria, casi abstracta, concepción de la estancia para proyectar la dualidad y las lagunas mentales del verdugo/víctima).


Fonda está espléndido, como siempre, pero el que verdaderamente brilla con su inesperada y asombrosa interpretación (probablemente la mejor de toda su carrera), es un casi irreconocible Tony Curtis.

El estrangulador de Boston es un trabajo magnífico, casi redondo, que invita a la reflexión y provoca un hondo desasosiego.

5 comentarios:

  1. Pues sí camarada, una película ésta muy buena.
    Yo tuve el placer de verla por primera vez en el cine en pantalla panorámica y esas secuencias en polivisión me impactaron de verdad.
    La cinta es impecable, con un guión muy sólido y con unos interpretes excelentes, un buen artesano como Fleisher sólo podía hacer un trabajo excelente. En mi opinión uno de los más notables de su filmografía junto a su otro estrangulador y una debilidad personal como es "Soylent green".

    Como bien reseñas la interpretación de Curtis merece mención aparte. ¡Sorprendentemente este hombre sabía hacer de algo más de que de galán cachondo, vividor y mujeriego! :) Es broma, el hombre estaba absolutamente encasillado por su físico y su personaje pero en pelis como esta o "Espartaco" da la talla sobradamente como un magnífico intérprete.
    Pues nada que me has recordado que (ahora que tenemos tele nueva) tengo que revisarla.

    Un abrazo... te planteo una cuestión en los comentarios de "la torre...)

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  2. Me acabas de recordar que la tengo pendiente y que tengo ganas de verla.
    No considero a Curtis un gran actor pero todas las buenas críticas hacia él en esta película hace que merezca la pena. Además de poder comtemplar la manera en que se nos muestra la historia, como bien has explicado, me parece muy interesante.
    Espero verla pronto.
    Buena entrada!
    Saludos.

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  3. Por cierto, muy grande el plano de "fast" Eddy Felson en el encabezamiento.

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  4. Hola, camarada:
    Tuviste suerte de poder disfrutarla en el cine. De Fleischer, que para mí era algo más que un simple artesano, me quedo, además de con sus dos estranguladores, con "Los vikingos", "Barrabás" y "Duelo en el barro". Esta última es un muy sólido pero poco conocido western. Es verdad que la interpretación de Curtis sorprende, ya que, como bien dices, nos tenía acostumbrados a hacer papeles de vividor y mujeriego. Aquí está simplemente portentoso.
    La cabecera es un homenaje a ese peliculón titulado "El buscavidas", una obra maestra indiscutible.
    Ah, disfrute usted de su nueva televisión :).
    Un abrazo.

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  5. Hola, Manderly:
    Es una gran película, así que no dudes en verla. Tanto por su técnica como por su contenido merece la pena. Yo a Curtis siempre lo he considerado un actor de comedia, pero en este filme demuestra que era muchísimo más que eso.
    Un saludo y gracias por tus líneas.

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