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Cotton Club (The Cotton Club, 1984) de Francis Ford Coppola.


Harlem (Nueva York), Años 20. El Cotton Club es un famoso club nocturno al que acuden tanto celebridades como matones enriquecidos para disfrutar de las más novedosas actuaciones musicales que allí tienen lugar. “Dixie” Dwyer (Richard Gere) es un talentoso cornetista que tras salvar la vida del gángster Dutch Schultz (James Remar), se convertirá en su hombre de confianza. La situación se tornará peligrosa cuando “Dixie” inicie una relación sentimental con la hermosa Vera Cicero (Diane Lane), amante de su jefe. Por otra parte, Sandman Williams (Gregory Hines) es un bailarín negro de claqué que aspira a convertirse en una estrella tras ser contratado en el mítico club, en donde conocerá  a Lila (Lonette McKee), una cantante mulata que se hace pasar por blanca para tener más éxito.


Cotton Club es uno de los más caros caprichos cinematográficos de la trayectoria profesional de Francis Ford Coppola. Una irregular, aunque interesante, película que homenajea a cierto tipo y modo de hacer cine: el de los años treinta y cuarenta. Y lo hace a través de una mirada evocadora de una época que jamás volverá.

El filme combina con habilidad el género de gángsters, el melodrama romántico, el musical y el drama socio-racial en un conjunto que destaca por su elegante e impecable puesta en escena, pero que chirría a lo largo de su desigual desarrollo, alternando secuencias muy logradas con otras en las que el autor de El Padrino parece caer en la autoparodia.  

La cinta contiene dos líneas argumentales cuyo endeble nexo de unión es el célebre club de jazz, que sirve como elemento lúdico para unos (los blancos), y como medio de supervivencia para otros (los negros). Ambas tramas convergen puntualmente en las instalaciones del mismo, culminando de manera magistral en el montaje en paralelo, marca de la casa, que se produce al final (véase el vídeo).


En Cotton Club hallamos referencias a películas como Ángeles con caras sucias (Angels With Dirty Faces, 1938) de Michael Curtiz, Los violentos años veinte (The Roaring Twenties, 1939) de Raoul Walsh o Tener y no tener (To Have and Have Not, 1944) de Howard Hawks. Además, Coppola se vale de recursos narrativos propios de esa época, utilizando fundidos encadenados y sobreimpresiones en las transiciones del filme.

Uno de los puntos fuertes de la presente obra, es la abundancia en ella de personajes que, aunque estén escasamente perfilados, son de lo más pintoresco y variado, destacando esa extraña y leal pareja que conforman Bob Hoskins y Fred Gwynne (actor este último conocido fundamentalmente por su encarnación de Herman Monster para la televisión en los años sesenta).

 
También son reseñables la banda sonora de John Barry, que contiene muchos temas compuestos por el gran Duke Ellington, la dirección artística y la espléndida fotografía de Stephen Goldblatt.

No es una obra maestra, ni siquiera una gran película, pero posee momentos que, sin duda, justifican sobradamente su visionado.

3 comentarios:

  1. Coincido contigo camarada una buena película de Coppola, aunque menor , muy disfrutable por lo bien realizada y entretenida.
    Muy disfrutable por su música y sus números de claqué, sus toques de humor y violencia y por su excelentísimo diseño de producción y dirección artística.
    Además, y esto es un mérito sobreañadido, el gran Francis hasta consigue hacernos soportable a Richard Gere en sus más de dos horas de metraje... casi nada ;)

    Saludos cordiales a ritmo de Hari-Hari camarada.

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  2. (la nueva foto de tu cabecera de blog ¿es el cocorote del Stalker?)

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  3. Hola, David:
    Yo también considero que se trata de una película muy entretenida y disfrutable si no se comete el error de compararla con las mejores obras de su autor. Visualmente es impecable, sin duda; y sí, Coppola consiguió que pudiésemos tolerar a Gere durante un par de horas, aunque antes también lo había logrado Malick en "Días del cielo".
    Efectivamente, camarada, el encabezado de mi blog muestra la parte posterior de la "quijotera" del stalker :)
    Un cordial saludo.

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