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Anatomía de un asesinato (Anatomy of a Murder, 1959) de Otto Preminger.


Paul Biegler (James Stewart) es un antiguo fiscal que se encarga de la defensa de Frederick Manion (Ben Gazzara), teniente del ejército acusado de asesinar a un hombre después de que, presuntamente, éste violase a su mujer (Lee Remick).


Excelente ejercicio fílmico de temática judicial que disecciona de forma lúcida y mordaz el sistema jurídico, a la vez que profundiza en algunos de los comportamientos y tabúes sexuales de la sociedad norteamericana de la época. Se trata de la adaptación de una novela de Robert Traver, seudónimo bajo el que se escondía John D. Voelker, miembro del Tribunal Supremo de Michigan y perfecto conocedor del mundo de la jurisprudencia en Estados Unidos.

Probablemente sea la última gran película de Otto Preminger (Laura, Cara de ángel, Carmen Jones, El hombre del brazo de oro…), resultando memorable desde sus brillantes títulos de crédito iniciales diseñados por Saul Bass, hasta su irónico y no menos conseguido final.

El guión de Wendell Mayes es un derroche de talento e ingenio, plagado de brillantes y ácidos diálogos; y de no pocas dosis de humor que recubren de tono ligero el fondo dramático de la historia. Suscitó cierta polémica en el momento de su estreno por ser el primero en utilizar en la gran pantalla palabras como bragas, penetración o esperma.


Una de las grandes bazas del filme es su ambigüedad, mantenida hasta el final, y que sitúa a los espectadores en la misma posición en la que se encuentra el jurado popular que debe emitir un veredicto a favor o en contra del teniente Manion. De ese modo, asistimos a las versiones de cada una de las partes e implicados, sin que nunca sepamos con exactitud lo que realmente ha sucedido.

La dirección de Preminger es colosal, dotando de dinamismo a la narración y haciendo un uso notable del plano secuencia y la profundidad de campo, principalmente en las escenas que se desarrollan en el interior de la sala del tribunal.

James Stewart realiza una de las interpretaciones más destacadas de toda su carrera, manteniendo duelos antológicos con el ayudante del fiscal encarnado de forma magnífica por George C. Scott. También son reseñables los trabajos de una sensual Lee Remick, y el de un espléndido Arthur O'Connell como el amigo borrachín de Biegler. 


Mención aparte merece la jazzística y absolutamente disfrutable banda sonora del célebre Duke Ellington, que aparece en una escena de la película compartiendo las teclas de un piano con un divertido Jimmy Stewart.  

Anatomía de un asesinato es tan sumamente buena, que el cinéfilo no puede evitar sentir un “impulso irresistible” que le obliga a visionarla una y otra vez.
 

9 comentarios:

  1. Maravillosa, la utilización del Jazz en esta película; una banda sonora portentosa de Duke Elington. Como también lo son títulos de créditos de Saul Bass, que anuncian que estamos ante un clásico y por supuesto una de las mejores interpretaciones de Stewart de toda su carrera.
    Excelente blog

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  2. Hola, van halen:
    Los títulos de crédito de Bass casi siempre aportan algo a la trama, como se puede comprobar en sus trabajos para Hitchcock. En este caso, hacen referencia al asesinato sobre el que gravita toda la película, y que Preminger, en una decisión muy inteligente, omite filmar.
    Muchas gracias por tu comentario.
    Un cordial saludo.

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  3. Efectivamente, estamos ante una obra maestra. Aunque a mi me gustan más Doce hombres sin piedad y Testigo de cargo.

    Saludos.

    Pazos.

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  4. Hola, Miguel:
    No la he calificado como obra maestra ya que, a mi entender, 160 minutos son excesivos para un filme de este tipo. No obstante, no está demasiado lejos de esa categoría.
    Particularmente prefiero esta cinta a las que mencionas. "Doce hombres sin piedad" peca de ser demasiado teatral, mientras que "Testigo de cargo", a pesar de ser estupenda, no deja de estar bastante sobrevalorada; como buena parte de la filmografía de Wilder.
    Gracias por aporte.
    Un cordial saludo.

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  5. "Anatomía de un asesinato" es una película excepcional, ya desde su inicio, con los increibles títulos de crédito del gran Saul Bass, vas cayendo hipnotizado ante su poder de seducción.
    James Stewart en otra de sus magníficas interpretaciones nos trae a uno de esos personajes entrañables que sólo él era capaz de componer. El abogado Paul Biegler es inteligente, divertido con un puntito cínico, tenaz, solterón, un "quiet man", aficionado al jazz (que se lo pregunten a Duke Ellington) y a la pesca.
    El resto del reparto brilla igualmente destacando especialmente a una zalamera Lee Remick y al duro fiscal que compone Scott.
    La relización de Premmingger es impecable y dota a la de trama del suficiente retorcimiento como para hacerla intensa y magnética.
    Una gran película, que forma parte de mi particular repoker de pelis judiciales junto a "Matar a un ruiseñor","Doce hombres sin piedad", "Testigo de cargo" y "Veredicto final".

    Un cordial saludo camarada.

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  6. Hola, David:
    A tu repoker añadiría otros dos dramas judiciales no explícitos como son "El joven Lincoln" (cinta que planta las bases de este subgénero) y "El sargento negro", ambas de John Ford.
    Saludos, camarada.

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  7. Y nos olvidábamos de "Vencedores y vencidos", muy buena también.
    "El joven Lincoln" ni la he visto, porque pensaba que sería un alegado patriotero, no sabía que fuese un drama judicial. Es la de Henry Fonda jovencito ¿no?

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  8. Hola, David:
    Tienes razón, yo también había olvidado la cinta de Kramer a pesar de ser espléndida.
    Como dije en el comentario anterior, "El joven Lincoln" es un drama judicial no explícito. Casi toda la segunda parte del filme consiste en un juicio en el que Lincoln (Henry Fonda de jovencito, como dices, y con nariz postiza) tiene que defender a dos hermanos acusados de asesinato. No me parece una película patriotera en absoluto. De hecho, es una de esas joyas fordianas caídas en el olvido que es preciso recuperar.
    Un saludo, camarada.

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  9. Justo voy a verla esta noche, espero una gran gran película. Por cierto Ricardo, Stewart debe de ser el actor con la filmografía más deslumbrante de la historia.. No crees?

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