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Cisne negro (Black Swan, 2010) de Darren Aronofsky.


Nina (Natalie Portman) es una joven bailarina que se exige mucho con el objetivo de alcanzar la perfección. La compañía a la que pertenece va a representar la obra de Tchaikovsky El lago de los cisnes, y su director artístico (Vincent Cassel) la elige para hacer de Odette, la reina de los cisnes. Su alegría inicial irá tornándose en preocupación, ya que su físico comienza a experimentar extraños cambios.


Aronofsky filma brillantemente el reverso oscuro de Las zapatillas rojas (The Red Shoes, 1948) en una película que debe más a Hoffmann que a Andersen, y que se convierte en el más turbador y febril estudio sobre la paranoia llevado al cine desde algunos trabajos de Roman Polanski como Repulsión (Repulsion, 1965) o El quimérico inquilino (Le locataire, 1976).

Para una mejor comprensión de la cinta, es preciso recordar el argumento original del ballet, debido a los paralelismos que se establecen entre éste y el desarrollo de la trama:

La Princesa Odette se encuentra recogiendo flores junto al lago y de pronto aparece un brujo llamado Von Rotbarth que la transforma en cisne.


Mientras tanto, en un castillo se preparan las festividades para celebrar el inicio de la temporada de caza. La Reina presenta a su hijo, el Príncipe Sigfrido, y anuncia que prepara un baile para festejar sus veintiún años. Además, espera que en la fiesta el joven elija a su novia. De forma imprevista, un grupo de cisnes blancos aparece, robando a la Reina una ballesta que poseía, por lo que el príncipe decide perseguirlos y llega hasta un lago. Allí descubre con asombro que un cisne se le acerca y se transforma en una bella joven que le cuenta que es la Princesa Odette, y que ha sido embrujada por el brujo Von Rothbart en un hechizo que sólo el amor puede romper. Sigfrido se enamora de ella y le jura amor eterno.


Al regresar a la fiesta que se celebra en el castillo, aparecen dos personas que no habían sido invitadas; el brujo Rothbart y su hija Odile, que llegan disfrazados. Sigfrido queda asombrado por el parecido de Odile con su princesa cisne, confundiéndola con ella y anunciando que es su elegida. Rothbart, al conseguir lo que buscaba, se descubre y muestra a Odette a lo lejos, lo que hace que el príncipe tome conciencia de su error y corra hacia el lago. Allí implora perdón a su amada, que está triste por lo acontecido en el castillo, y ambos se arrojan a las aguas en una muestra de amor quedando liberados del maleficio.


Según se cuenta, desde entonces sus espíritus se pueden contemplar sobre el lago unidos por siempre”.


La película se abre con una hermosa secuencia onírica en la que Nina aparece representando el prólogo de la obra citada; el que se corresponde con el episodio del encantamiento que la convierte en cisne blanco, y que en realidad supone el comienzo de su progresiva transformación en su opuesto, el negro. Se trata de una hábil metáfora en la que el papel que correspondía a Rothbart en el relato original, es asumido por la enfermiza obsesión que se inicia en la mente de la protagonista. Es su afán de perfeccionismo extremo el que actuará como "brujo" que la conduce a una metamorfosis de personalidad que su atormentada psique asumirá como si también fuese física.


El carácter de Nina es frágil e ingenuo, lo que le permite asumir a la perfección el rol de pureza del cisne blanco. Sin embargo, la reina de los cisnes también debe interpretar el rol contrario, el del cisne negro, para el que se necesitan una serie de atributos (perfidia, sensualidad o malicia) que la naturaleza de Nina no posee, y sí en cambio la de su compañera Lily/Odile (Mila Kunis). De ahí que se obsesione con ella y su ofuscación le lleve a adentrarse de forma inconsciente en las profundidades de su lado más oscuro. Todo ello no hay que dejar de verlo como una reflexión acerca de la doble naturaleza humana, y de la lucha que se establece dentro de la misma entre el bien y el mal; entre la luz y las sombras.

En los delirios paranoicos de Nina, Lily aparecerá como una suerte de Doppelgänger (doble malvado) que, a modo de personaje mefistofélico, le inducirá a acometer situaciones que estimulen su yo tenebroso. Su visión de la Lily real es, por otra parte, la de una amenaza que intenta conseguir su puesto seduciendo al director/Príncipe, tal y como sucedía con Odile y Sigfrido.

Aronofsky administra de forma sabia la incursión de elementos inquietantes a lo largo del metraje hasta desembocar en un tramo final enloquecedor y angustioso, que si bien es cierto que puede pecar de ser algo efectista, no deja de ser la consecuencia lógica del proceso de alienación que se viene perfilando a lo largo de todo el filme.


El magnífico guión de John McLaughlin y Mark Heyman, aunque fundamentalmente gravita en torno a la psicosis paranoide de la protagonista, también hace referencia a temas inherentes al mundo de la danza profesional como la rivalidad entre compañeras, la fugacidad del éxito (véase el personaje de Winona Ryder) o la insatisfacción que produce el fin precipitado de una carrera prometedora (la madre de Nina).

La inspirada performance de Natalie Portman resulta absolutamente extraordinaria, apareciendo muy bien secundada por unos excelentes Vincent Cassel, Barbara Hershey y Mila Kunis.

Visualmente impecable, la película se ve ensalzada por el talento en la dirección de un Aronofsky que dota al conjunto de un ritmo adecuado, fijando la atención de los espectadores desde el primer minuto. También es destacable el trabajo de fotografía de Matthew Libatique, plagado de unos claroscuros que reflejan el estado emocional de la bailarina.

En definitiva, con Black Swan el director neoyorquino vuelve a demostrar que es el autor más interesante que ha dado el cine estadounidense en los últimos años. No se la pierdan.


14 comentarios:

  1. Hola
    Estoy muy de acuerdo contigo, me parece un comentario bastante acertado. La película es inquietante y angustiosa en momentos, y ese paralelismo del que hablas, hace que la historia tenga más interés para el espectador. Merece la pena verla.
    Un saludo

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  2. Hola, María
    Me satisface que estés de acuerdo con mi comentario. El paralelismo del que hablas, el que se establece entre el argumento original del ballet y la propia trama de la película, me parece lo mejor de un guión que, por otro lado, no deja de ser magnífico.
    Gracias por dejar tu opinión.
    Un beso, cisne blanco... ¿O serás el negro? :)

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  3. La acabo de ver, NO en CINE como debiera, pero dudo mucho que está películe logre llegara a las salas de cine de mi ciudad, en fin qué película, y no creo que Nina tenga Paranoia, ya que ella no presentan ningún delirio de persecución, parece más bien ser Esquizofrenia, por las constantes alucinaciones, también parece tener un Trastorno obsesivo compulsivo, especialmente la compulsión al aseo, esto se explica por la forma en como lava su manos, hasta hacerlas sangrar. De lo mejor de este año!!!!

    Un saludo, felices fiestas si es que las hacen!!!!

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  4. Hola, B.N. Fanzine
    En primer lugar quiero indicar que no soy psiquiatra, así que seguramente no podré diagnosticar con exactitud la enfermedad que sufre Nina. Personalmente me parece un trastorno delirante o paranoia provocado por una situación de extrema presión y angustia. Dices que no presenta ningún delirio de persecución. Yo creo que sí, ya que se obsesiona claramente con que su compañera conspira contra ella para arrebatarle el puesto. ¿Podría ser esquizofrenia paranoide? Pues puede ser también, pero ese tipo de enfermedad la veo de forma más clara en otras películas como "El club de la lucha". En cualquier caso, en el ámbito de la psiquiatría no siempre es fácil distinguir entre unas enfermedades y otras, ya que muchas presentan síntomas similares.
    Gracias por pasarte por mi blog y por dejar tu comentario. Felices fiestas también para ti.
    Un saludo

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  5. No he visto la película. He llegado aquí porque he visto el trailer y me ha dado la sensación de que Nina sufre de Delirio de Persecución. Lo primero decirle a D.N.Fanzine que la Esquizofrenia tiene como criterio diagnóstico el sufrir delirios (sea del tipo que sea), sin embargo, es criterio suficiente pero no necesario. Es decir, puede tener alucinaciones pero no delirios, y tener esquizofrenia.

    No he visto la película, pero por lo que veo puede ser un trastorno delirante de tipo persecutorio, en toda regla. En cuanto a los síntomas del TOC puede darse conductas de ese tipo debido a los delirios, sin necesidad de que sea en si mismo TOC.

    Espero haber aclarado un poco el debate.

    Un saludo desde http://olor-a-barniz.blogspot.com/

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  6. Hola, Nery
    En realidad no hay ningún debate, ya que no creo que sea realmente importante el hecho de catalogar el tipo de enfermedad concreta que sufre la protagonista. No obstante agradezco tu comentario. Te invito a que la veas y la disfrutes desde el punto de vista puramente cinematográfico, que al fin y al cabo es el que da sentido a este blog.
    Un cordial saludo.

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  7. Hoy es un día doblemente alegre para mí: he descubierto este maravilloso rincón al que a partir de ahora regalaré mi tiempo para que sea labrado por tan bellos comentarios sobre tantas maravillosas películas, que son parte de mi historia. Y acabo de ver esta magnífica película, por lo que aún la estoy digiriendo, profundamente impresionado, con la ayuda de vuestro análisis.
    Gracias.

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  8. Hola, Observador:
    Es un placer tenerte como nuevo seguidor. En este espacio tus comentarios y opiniones serán bienvenidos. Ojalá te animes a dejarlos de manera frecuente.
    Un saludo y gracias a ti.

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  9. Aun no había tenido ocasión de descubrir tus comentarios acerca de uno de los films que más me han impresionao en los últimos meses (mi blog habla por sí solo...).
    No voy a discutir aspectos relacionados con posibles diagnósticos clínicos de la protagonista, porque como bien dices, yo tampoco soy psiquiatra, pero sí he sido bailarina, durante más de trece años y puedo asegurar que Black Swan es lo más certero que se ha rodado acerca del universo del ballet y de los peligros que acechan a los bailarines, por eso es terrorífica.
    La triste historia de cómo Nina se ve forzada a madurar, a desvincularse del seno materno y experimentar con otro tipo de satisfacciones, diferentes a la mera complacencia hacia los que la rodean es simplemente brillante.
    Respecto a lo que mencionas del final "efectista", considero que lo es porque no se aparta en ningún momento del punto de vista de una niña, que ha crecido alimentada por ese mundo de efectos visuales que es el mundo del escenario y que en el desenlace, abandona la niñez e irrumpe brutal y físicamente en la edad adulta, a golpe de sudor, de lágrimas y por supuesto de sangre (¿menstrual tal vez?).

    Saludos y enhorabuena por el blog, una vez más.

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  10. Hola, María:
    Me parece muy interesante la interpretación de "Black Swan" que planteas (una especie de metáfora sobre la transición hacia la vida adulta), muy pero que muy interesante. Es cierto que el final de la cinta me parece algo efectista (no me imagino a Polanski, por ejemplo, haciendo algo así), pero también digo en el comentario que no deja de ser lógico y consecuente. En cualquier caso, opino como tú, la de Aronofsky es una de las películas que más me ha impresionado últimamente.
    Un saludo y gracias por dejar tu opinión.

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  11. Rechacé esta película sin más la primera vez que la vi porque me pareció vacía, fea, efectista… La acabo de ver y me he quedado mudo. Como bien dices es una película con muchos niveles de lectura y uno de ellos puede ser perfectamente el del comentario anterior. Pero ¿realmente es tan traumático el tránsito a la vida adulta? David Lynch retrató este mismo tema en tono esquizofrénico en “Cabeza borradora”. Lo que creo que pretende contar Aronofsky es el retraso en la sexualidad por las razones que sean y los fantasmas que engendra. Resumiendo, somos nuestro peor enemigo. Esta película que me ha embriagado los sentidos (hay una escena en la que se me ha puesto la piel de gallina de terror) me parece sensacional y el chico de Hardvard un ¿genio?
    Me ha ayudado muchísimo leer tu texto antes de verla para poder disfrutarla en su completitud, gracias.
    Salu2.

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    1. Hola, Fransico:
      Me alegra que mi reseña te haya ayudado a valorar como se merece a esta fascinante película. Me encanta Aronofsky. Me parece el director norteamericano joven más interesante de hoy en día. Ojalá nos regale grandes obras. De momento, va por buen camino.

      Un saludo.

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  12. Una película un tanto estresante, siento la misma decadencia en Nina como en los personajes de la película de "Réquiem por un sueño" entre más avanza la trama, más se van consumiendo, es un tanto triste.

    Y que decir de la estrepitosa banda sonora dirigida por Clint Mansell, la música, junto con la escena misma que acompañó la parte del antro, el taxi y cuando llegan a la habitación es una de las que más me impactaron en toda la película (y, bueno, el final)...

    No se si hayas tenido la oportunidad de ver la película de Perfect Blue de Satoshi Kon, que, desde mi punto de vista, siento que fue la referencia directa para hacer a El Cisne Negro. Revisaré por dicha crítica y si aún no tienes oportunidad de verla, estaré al tanto!

    Gracias por otra opinión tan bien redactada!

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  13. Supongo que tiene varios niveles de lectura, como decís. A mí lo que me ha quedado bastante claro es que en ella se representa sobretodo el tránsito perturbador y frustrante a la vida adulta, con el acuciante despertar de la sexualidad de por medio, y las tremendas dificultades por saciarla por parte de la protagonista, una chica reprimida, perfeccionista y tremendamente dependiente, y con una mente ocupada por los otros: la madre en primer lugar (me ha recordado la madre de la 'Carrie', de Brian de Palma), el director artístico (un diablo en toda regla) y las bailarinas rivales (sobretodo la morbosa y perversa Lily). Me ha parecido interesante, pero no más, y es que no creo que solo sea efectista el final, sino buena parte del metraje.

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