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La ronda (La Ronde, 1950) de Max Ophüls.


La película narra una sucesión de relaciones amorosas entre individuos de diversa clase y condición social en la Viena del año 1900.


Tras su periplo hollywoodiense, el director alemán regresa a Europa para iniciar la etapa más brillante de su carrera con esta adaptación de una obra teatral de Arthur Schnitzler.

La Ronde es uno de sus mejores trabajos, de virtuosa narrativa y deslumbrante elegancia formal. Ophüls retoma su contexto histórico favorito, el de la Europa que se ubica entre finales del Siglo XIX y comienzos del Siglo XX. O lo que es lo mismo, la época que supone el ocaso de la vieja Europa y el alumbramiento de un nuevo período de inestabilidad y turbulencias en el continente. De ahí que a lo largo de toda la cinta esté presente esa sensación melancólica de crepúsculo y decadencia; aunque en apariencia todo parezca liviano, frívolo y libertino.


A través de un relato elíptico, el cineasta expone con indudable sentido del humor un encadenado de relaciones vacías entre personajes promiscuos, de dos en dos, con la particularidad de que siempre uno de los miembros de la pareja repite en la siguiente. No importan las diferencias de clase ni la edad ni los estados civiles, ya que todos participan de un mismo juego: l´amour.

Todo ello es presentado al espectador por un maestro de ceremonias o demiurgo (Anton Walbrook) que también interactúa con los personajes, llegando incluso a condicionar su conducta para que continúe el carrusel de encuentros. Se trata de un ejemplo más de la modernidad y experimentación narrativa de su autor, que no duda en mostrarnos su película como fruto de la ilusión del cine y sus trucos.

El filme fue rodado íntegramente en estudio, lo que permite a la exquisita fotografía de Christian Matras dotar al conjunto de un halo de evocadora y barroca ensoñación.


Las composiciones de Oscar Straus remiten a valses vieneses que refuerzan, por el modo en que se bailan, el carácter circular de un relato triste que reflexiona acerca de la futilidad existencial.

El reparto es de auténtico lujo, con magníficas interpretaciones del mencionado Walbrook, Simone Signoret, Danielle Darrieux, Daniel Gelin, Jean-Louis Barrault o Simone Simon entre otros.   

En conclusión, una película que nadie debería perderse por constituir una de las obras esenciales de un director irrepetible.


7 comentarios:

  1. Pues, despues de habérmela perdido durante tanto tiempo, por fín la he visto. A mi me ha parecido muy original a la hora de presentarnos las sucesivas historias de esa forma encadenada y con ese humor, que a veces nos hace esbozar una sonrisa ( por ejemplo en la historia de la criada, Marie, con el señor de la casa; o en la del poeta) y otras nos deja un rastro de tristeza ( por ejemplo la historia que abre el film). A medida que avanza, uno se pregunta, cómo podemos banalizar tan facilmente algo tan profundo (lo cual no quiere decir que no pueda ser también alegre y divertido) como el amor y que dificil resulta mantenerlo.
    Es la segunda que veo de Ophuls; la primera fue "Lola Montes" que ya te la comenté en su día. Seguiré viendo las que encuentre, a ver si todas son tan buenas.
    Un abrazo, Ricardo!

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    1. Hola, selegna:
      Dentro de su aparente clasicismo, el cine de Ophüls siempre ha sido bastante innovador desde un punto de vista narrativo. "La ronda", una de sus obras maestras, esconde bajo su apariencia frívola y ligera, un fondo bastante amargo con respecto a las relaciones entre hombres y mujeres. Grande Ophüls, espero que lo sigas descubriendo.

      Un abrazo.

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  2. Dije la segunda que veo; pero me olvidaba de la maravillosa "Carta de una desconocida" que esa sí la había visto hace tiempo. Por cierto, aprovecho para decirte, que he querido ser tu primera seguidora en Twitter; pero te dejé un twed respondiendo al tuyo y aparece en el mío; como no entiendo mucho, no se si es que tiene que ser así. Espero que no te importe.
    Hasta pronto!

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    1. Gracias por hacerte seguidora de mi twitter. Yo tampoco entiendo mucho, ya que es la primera vez que me hago una cuenta. Me pasó como a ti, también esperaba que las respuestas apareciesen en el mío, pero por lo que veo no es así. Estaré atento al tuyo para ver tus respuestas.

      Un abrazo.

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    2. Para una "ricardiana" como yo, siempre es un placer seguirte; pero trataré de no intervenir demasiado (a ver si lo puedo cumplir) para que no te canses de verme aparecer por todas partes...ja,ja,ja.
      Ahora somos poquitos (en twitter), pero ya verás cuando descubran este pedazo de blog...

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    3. Ja, ja, ja. Tranquila, puedes aparecer cuando y cuanto quieras, puesto que no me molestas en absoluto. Agradezco nuevamente tu impagable fidelidad.

      Un abrazo.

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  3. Soy un apasionado del cine y me encanta ver comentarios como los vuestros. De Máx Ophuls siempre me gustó su estética. Se nota en cada plano un sello muy personal que le hace ser un director diferente. Con aficionados como vosotros se enriquece el séptimo arte. Un saludo

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