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Carretera perdida (Lost Highway, 1997) de David Lynch.

Fred Madison (Bill Pullman) es un músico de free jazz que sospecha que su esposa Renée (Patricia Arquette) le está siendo infiel. A partir de una mañana, el matrimonio comienza a recibir sobres sin remitente que contienen cintas de vídeo en las que su casa aparece filmada tanto desde fuera como desde el interior, por lo que deciden poner el asunto en manos de la policía.


David Lynch es el cineasta que mejor ha sabido proyectar al celuloide los laberintos y recovecos del espacio mental. Sus filmes menos accesibles, aquellos en los que se ha acercado como nadie a la abstracción, requieren un esfuerzo por parte del espectador que éste no siempre está dispuesto a realizar. Es el acomodamiento de quien vive en la complacencia del cine más convencional, el principal responsable de que muchas de sus obras sean tildadas de incomprensibles o simples tomaduras de pelo, cuando en realidad se trata de ejercicios de un sentido medido, que no por gravitar en torno a la locura y el trastorno gozan de un ápice menos de racionalidad.

 Lost Highway y Mulholland Drive son las películas de su filmografía que reflejan de forma más lúcida y compleja el universo personal del director norteamericano. Ambas, además de compartir muchos puntos de conexión, han abierto una senda a la que el cine del futuro debería mirar, en lugar de narcotizarse con los cantos de sirena provenientes del 3D y de los gurús que lo promueven.


Personalmente, considero que Lynch no ha inventado nada, algo que no le resta ni valía ni genialidad, puesto que ha sido el único capaz de llevar un paso más allá lo legado por expresionistas y surrealistas pertenecientes tanto al ámbito cinematográfico como al del resto de las artes.

Carretera perdida, su obra cumbre en opinión de quien suscribe estas líneas, es un filme sombrío y aterrador. Un perturbador viaje a ese lugar de la mente en el que la verdad se vuelve incierta y la fantasía se torna real, y en el que las fronteras entre una y otra prácticamente se difuminan.


La oscura carretera que advertimos durante los créditos iniciales simboliza la fuga mental (psicogénica), que no física, que experimentará el protagonista para escapar de una realidad terrible marcada por los celos, la infidelidad y el asesinato. Sin embargo, no es posible huir de lo que se ha hecho, aunque lo revistamos de trama de thriller cercano al terror (primera parte del filme) o de relato psicosexual con ramalazos de noir, en el que una chica en apuros acaba por convertirse en mujer fatal (segunda parte del filme).

Y es que la verdad siempre acaba por asomarse, ya sea a través de cintas de vídeo que actúan a modo de conciencia y que nos recuerdan lo que realmente pasó o como consecuencia de complejos nunca asumidos que reaparecen en su forma más cruda, destrozando así ese mundo idealizado que se había creado precisamente para olvidarlos.


El peso de la culpa es tan grande, que sólo las descargas de una silla eléctrica pueden poner fin a la mutación de realidades y personalidades con las que se trata de aliviar.

Así es Lost Highway, una obra maestra en el interior de una mente desquiciada, una mente que recuerda las cosas a su modo, no necesariamente como sucedieron.


8 comentarios:

  1. Pues no hay más que añadir. Como bien has dicho, simple y llanamente, obra maestra.
    Mi visión, por si te interesa, está en.
    http://tengobocaynopuedogritar.blogspot.com/search/label/Carretera%20Perdida
    Un saludo

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  2. Hola, Crowley

    Coincido bastante con la visión que tienes de la película, seguramente sólo diferiríamos en determinados matices. Muy interesante tu post, como siempre. Se agradecen tus comentarios de cinéfilo irredento por estos lares.

    Un saludo.

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  3. Hola, Webmaster

    Haces bien en ponerla en tu agenda si no la has visto. Porque el Lynch más críptico, como ocurre en este caso, puede gustar más o menos, pero nunca deja indiferente.

    Un abrazo y gracias por seguir el blog.

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  4. La acabo de conseguir por internet por que por mas que la busque en las vídeos ni sabían de ella. No me puedo quedar sin verla. Acabo de ver Blue Velvet y estoy de acuerdo cuando dices que Lynch te gusta o no te gusta, pero nunca te sera indiferente.

    ¿Quisiera saber si ya hiciste un post sobre ''Cabeza de borrador'' de Lynch, pues me llama mucho la atención ya que se parece al mundo pesadillezco que yo imaginaba de niño (quien sabe por que). ¿Que me pueden decir de esa pelicula?

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  5. Hola, adacore:
    No, no he hecho ningún post sobre "Cabeza borradora", ya que hace bastante tiempo que no la reviso. Se trata de una obra inclasificable. Yo la veo como una especie de metáfora sobre la transición hacia la vida adulta, donde uno tiene que afrontar una serie de responsabilidades y problemas (buscar trabajo, vivir en pareja, experimentar la paternidad...) que pueden resultar traumáticos. Para ver una y otra vez.
    Un saludo y gracias.

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  6. Hola, Ricardo, buena semana para ti, ya que he visto en tu blog esta reseña para recordar que ya las últimas semanas había visto y leído con fruición y como la película tuve la oportunidad de verla en el último mes, voy a atreverme a dar mi opinión. A mi personalmente y de entrada el último cine de David Lynch no me entusiasma, me atrae un poco pero de ahí a que yo considere que sus últimas obras son obras maestras hay un buen trecho. Soy desde que lo descubrí en Blue Velvet un rendido admirador de su director. He tenido la suerte de ver hace poco una de las obras suyas que no había visto, El hombre elefante, y me confirmo que es un grandísimo director que cuenta sus historias como nadie, pero me vas a perdonar, Ricardo, desde que se ha puesto a experimentar, que si voy más allá, que si la libertad creativa, que si el guión es prescindible o lo que sea solo le encuentro pegas a su cine, sigue siendo un soberbio director, virtuoso, inquietante y genial a veces pero no, lo siento, no me entra, creo que recarga por ejemplo en Carretera perdida con sus temas de sexo y violencia pero en ocasiones sin venir a cuento, innecesario. Entiendo el entusiasmo de los demás porque lo tuve hasta hace unos años pero personalmente me parece más transgresor Terciopelo azul que esta película o Mulholland Drive o Inland Empire que no hay por donde cogerla a veces y se pasa de marcha, no frena, en fin, bueno para acabar dos preguntas, ¿es cierto como te he leído que es posible que no ruede más?, y dos, ¿por qué aún no has comentado una película tan hermosa y poética, extraña y estupenda para mi gusto como El hombre elefante, es por alguna razón que desconozco?,saludos,buena semana y de nuevo enhorabuena por tu blog, es un placer pasearse por aquí de vez en cuando,gracias.PD: eso no quita que algún día las revise y cambie de opinión-me refiero a las tres o cuatro últimas películas de Lynch, Una historia verdadera por desgracia no la he visto- ¿quién sabe?.

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    1. Hola, Luis Alberto:
      Entiendo lo que te pasa con los trabajos más extremos (también más personales) de Lynch, a mí me ocurría algo similar hace unos años. Tenía prejuicios, y esos prejuicios me impedían disfrutar de las obras en su totalidad. Yo aplaudo a Lynch por atreverse a ir más allá en la concepción de su propio universo. Ya ha demostrado en otras ocasiones que haciendo películas narrativamente más convencionales, también es único, así que, ¿por qué no profundizar en su lenguaje, depurarlo y crear algo verdaderamente original? Y eso es precisamente lo que ha venido haciendo desde "Carretera perdida", a excepción de la maravillosa "Una historia verdadera" (no deberías perdértela).
      Con respecto a tus preguntas, lo de que no volverá a dirigir es una opinión mía, ojalá me equivoque. Si lo pienso es porque creo que no pueda hacer nada más extremo que "Inland Empire", y no sé hasta qué punto el director está dispuesto a dar un paso atrás. Por otro lado, si "El hombre elefante" no está reseñada es por simple casualidad. Hace tiempo que no la veo y no me ha dado por escribir acerca de ella. Creo que es una de sus obras maestras y probablemente la película más triste que uno pueda llegar a ver. No te preocupes, que ya le tocará su turno :)

      Un abrazo y gracias por tu fidelidad.

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